..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

viernes, 10 de agosto de 2007

Inmunda belleza

Los certámenes de belleza me parecen algo asqueroso. Detesto cualquier práctica que apunte a exaltar la belleza física como un valor, y más aun como un valor de competencia. Me parece horrible que un selecto grupo de señoritas disputen entre si para que un jurado determine cual es la mas linda.. y la consagre reina de los estudiantes, de la vendimia, o de la berenjena. Pero lo más infame no es la pugna en sí, la contienda entre las participantes, que con mayor o menor grado de conciencia, están ahí porque quieren, nadie las obliga, y en todo caso suelen ser todas bellas. Una ganará y será coronada, pero las demás sabrán que arbitrariamente han sido objeto de la subjetividad de un jurado que tenía por misión elegir a la que les pareciera las más bella de un grupo de bellas. Y difícilmente alguna de las perdedoras se sienta fea por no haber ganado. No, lo más siniestro no está en la interna de los certámenes de belleza, sino en el hecho de que existan certámenes de belleza. Certámenes en los que concursa un exclusivo grupo de jovencitas “más lindas que la media, que la gran mayoría”; unas veinte o treinta más lindas que la enorme mayoría excluida. Una mierda.
Creo en la belleza objetiva, más allá de los modelos impuestos por diversos métodos al servicio del poder que regula a su antojo este mundo, para que sea tal como es. Creo en la veracidad de las estadísticas virtuales, que a partir del gusto mayoritario dejan claramente definido qué es lindo y qué no. Supongo que por mal que me pese, se trata de una injusticia natural y no queda otra que bancársela. Pero lo que me parece una porquería es la exaltación de la belleza física como valor que tenga alguna importancia. Hay muchos puntos en torno a esto que podrían ser analizados, y seguramente entre las conclusiones aparecerían frases tales como “imposición de modelos", "connivencia (por conveniencia) de un sistema económico”, “culto a la imagen para vender un producto”, “implementación sistemática de prácticas que apuntan a la exclusión como algo natural”, "construcciones culturales", etc. Pero no buceo en esas aguas: lo mío es sólo una especie de empatía que me solidariza con quienes sufren esa cruel exclusión simplemente por tener la nariz grande, o rasgos “feos”, o por portar diez kilos de más sobre la osamenta..
No quiero ahondar más en el asunto, no quiero intelectualizarlo. Sólo quiero decirles a todos aquellos que son cómplices de aberraciones como la que en este momento me inquieta, que.. ¡que se vayan a la reputa madre que los parió!

Gus

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