..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

miércoles, 8 de agosto de 2007

El Salvador

por Dill

Salvador Dalí fue encumbrado y denostado con tanta frecuencia que cuesta encontrar una valoración que no se ajuste a prejuicios o falsos parámetros. Cabría decir que el mismo Dalí se encargó de colaborar y de abonar dichas valoraciones con escenas, actitudes, montajes y locuras que no hicieron más que separar la contemplación de su arte y, en cambio, preñaron dicha mirada de cuestiones ajenas al mismo. Soy de la idea de que toda obra, una vez desprendida del autor, debe ser juzgada como si hubiese nacido del aire. Quiero decir: si un arte que creemos genial se revela como creado por una mente enferma de nazismo, por ejemplo, esta precipitación inmediata de nuestro juicio en los horrores que ese nombre despierta, no debería apartarnos de lo primero que dicha obra generó en nosotros. Saber que el autor francés Céline fue colaboracionista durante la ocupación alemana de Francia, no tendría que ser obstáculo para considerar su obra "Viaje al fin de la noche" como una obra maestra. El arte puede estar reñido con las correcciones políticas y morales, ser independiente de ellas. Y más: hasta, sin quererlo el autor, contradecir sus posturas mas execrables. Al margen de las payasadas y actitudes de vulgar mercachifle que tuvo, creo que Salvador Dalí dejó acabadas muestras de su genio, y ampararse en lo primero para borrar lo segundo, me parece un acto falaz y vano. Casi como la vida de algunos de sus críticos feroces.

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