..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

jueves, 5 de marzo de 2009

MI AMIGO INVISIBLE

Yo creía que de chico no había tenído un amigo invisible. Y ahora de grande me vengo a dar cuenta de que lo tuve desde mi adolescencia, más exáctamente desde los quince años. Ese amigo se llama Luis. Se llama Luis Alberto Spinetta y desde entonces me acompaña como sólo los amigos saben acompañar. Porque Luis estuvo desde aquel entonces siempre muy cerca de mí. Y hasta en los sueños conversamos y nos suceden cosas extrañas. Porque siempre sueño con Luis (y de esto pueden dar cuenta mis otros amigos, los visibles porque les cuento de él y me creen).
Cada tres o cuatro semanas ahí está él, apareciendo en mi noche con su luz, habitando mi soñar. Y charlamos como charlan los amigos y, aunque ustedes no me crean, me toca temas que no están en ninguno de sus discos (es una lástima que me abisme tanto por esas melodías y letras increíbles y no pueda escribirlas cuando me despierto porque algunas me las olvido mientras las recuerdo asombrado y sin querer darle final a la memoria, y otras se van borrando lentamente hasta que me doy cuenta que es tarde y debía haber buscado una lapicera). Y hasta llegó a adelantarme cómo sería la tapa de su próximo disco (pero algo debió haber pasado en el camino porque cuando salió el disco la tapa ya no era la misma). Ayer a la noche, por ejemplo, estuvimos discutiendo --como discuten los amigos-- acerca de la tapa de su última obra, Un Mañana, y yo le decía que no me gustaba demasiado y él la defendía con ardor.
Luis me recomendó libros como recomiendan todos los amigos. Por ejemplo me pidió que leyera a Antonin Artaud, Las Enseñanzas de Don Juan de Castañeda, El secreto de la Flor de Oro de Jung, en dónde se habla del ánima, del animus, y de los mandalas y duraznos que sangran. Me hizo leer uno de los libros más impactantes que leí en mi vida que es Vigilar y Castigar del gran filósofo francés Michael Foucault. Me recomendó discos y hasta alguna que otra película.
Y también nos visitamos de día. En realidad de día soy yo el que lo busco (quizás respondiendo a su llamada invisible) y lo escucho cantar y decirme cosas desde sus discos. Cosas que me hacen reflexionar acerca de la vida, de cosmogonías casi religiosas que me conmueven con sus espacios y visiones del amor.
Nadie nos ve nunca juntos y por eso creo que debo llamarlo mi amigo invisible. Pero me acompaña como uno más y, como mis otros amigos, me agranda el alma.
Dill

El dueño de la editorial.. ¿puede reescribir algo ajeno? Ma sí..
http://macondo6.blogspot.com.ar/2009/03/mi-amigo-invisible_8072.html

Gus

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísimo compadre, me alegra saber de ese "amor correspondido", porque sé de su onda con el Flaco (a quién también yo amo, a mi manera). Es una pena que después de esos sueños no recuerde lo que escucha como para poder escribirlo, pero supongo que debe ser así.
En cuanto a mí... munca me pasó algo parecido, pero si así fuera... sospecharía a García perturbando mis sueños.

Anónimo dijo...

Totalmente: veo un García haciendo de las suyas con usted por Oniria. Sí señó.
Dill.

Anónimo dijo...

Sí, una mezcla de García y Miguel Abuelo en realidad...

Anónimo dijo...

Usted sí que la tiene clara. Comparto otra vez (¿podríamos agregar a Chopin?)
Dill.

Anónimo dijo...

¿A Chopin? ¡A Chopin...! A Chopin... ¡que hijo de puta Don Julio, usted es increíble! Toda una vida pensé que me había parido una mujer, pero... ¿entonces fue usted quien me creó?

Anónimo dijo...

Sí, ya sé, no me diga nada: la respuesta (NO) cae por su propio peso. No, porque como objeto de creación parezco imposible sin una mala intención dando vueltas por ahí, y usted no es así. Además usted es más joven...

Verónica García dijo...

A los veinte me enamoré de Paul Gauguin. Lloraba desconsolada porque ya llevaba muerto unos ochenta años lo que hacía imposible nuestro amor. Entre otras cosas. Como la distancia por ejemplo. Él en Tahití y yo en Buenos Aires. Por eso me iba al MNBA, donde al final del pasillo que se abre a la derecha no bien uno cruza la puerta de entrada, está la maravillosa `Vahine no te miti´con su sensual esplendor amarillo. Yo me paraba frente a ella y cuando el Seguridad no miraba, pasaba suavemente mi mano por la pintura, no sin temor, menos por ser descubierta que por hacerle daño a la tela. Casi podía sentirlo.. Y pensaba que allí mismo había estado parado él.. Yo ocupaba ahora el mismo espacio de aire, el mismo que él había ocupado, parado allí mientras la pintaba, a cuarenta centímetros de la tela..
9 de marzo de 2009 22:27

Verónica García dijo...

Le debía mi historia de amor invisible ..para decirle que lo acompaño en la locura
10 de marzo de 2009 02:01

Gus dijo...

Su historia y la magia de su teclado...
Ya sé, ya sé.
10 de marzo de 2009 02:16

Verónica García dijo...

..Es tan hermoso cuando está herido.. Pero hablaba con Dill.
Con usted la locura me está prohibida
10 de marzo de 2009 04:34

Gus dijo...

Está bien... me estoy riendo de mi propio arrebato, si se tratara de una mosca que pasaba cerca, me la hubiera tragado por tener la boca abierta...
Usamos estos espacios como una especie de messenger con delay, y al final uno pierde de vista la entrada en cuestión. Y esta era de Dill...
10 de marzo de 2009 15:00

Gus dijo...

Me hizo reir, todo un mérito, vea...
10 de marzo de 2009 15:27

Gus dijo...

Pero ya no juguemos, si? Esta batalla naval con las neuronas en el tablero me esta matando...
10 de marzo de 2009 15:36

Verónica García dijo...

..pero no fuí yo.. No dije nada, yo recién entro.. Y usted también me hizo reir
10 de marzo de 2009 16:29

Verónica García dijo...

Perdón, creí que lo había hecho reir a Dill ..Aunque a mí también. Pero el que reía era usted.. Entonces sí soy yo.
10 de marzo de 2009 16:45