..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

viernes, 12 de febrero de 2010

Sai qué?

La casualidad no existe.
Todo es "causal", nada es "casual".

Todo lo que llega a nuestras vidas, cada situación por la que pasamos, es por algún motivo. Sai Baba en la India enseña las "cuatro leyes de la espiritualidad" que hablan justamente sobre esto.

La primera dice: "La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice: "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice: "En cualquier momento que comience es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

La cuarta dice: "Cuando algo termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

Ante esto, confieso que estoy entre mi escepticismo constitutivo y cierto desagrado.. como entre una espada y una pared (peor: como entre dos espadas). El escepticismo es un rasgo de mi naturaleza racional, y el desagrado surge de la sospecha de que lo que este tipo dice podría ser cierto.. De esto último no tengo nada que decir.. sólo puedo fundamentar lo que razonablemente mi pensamiento elabora:

Esto dispara en mí el mismo mecanismo mental, racional, que me lleva a no creer en "entidades invisibles dotadas de poderes supremos según el imaginario popular", y desechar toda idea fatalista, tal como la de un destino trazado, predeterminado por.. ¿qué, quién?
Obviamente ninguna de estas dudosas "leyes" resisten el menor análisis epistemológico sin hacerse añicos: la pretendida validez universal de esas pseudo premisas se basa en el dogma y sucumbe ante el más elemental cuestionamiento lógico. Por otro lado, pecan de obviedad. O peca de ingenuidad el lector que desde las dos primeras frases no descubre el tartamudero intelectual con que se pretenderá codificar lo evidente mediante un enredo fatalista.
"La casualidad no existe. Todo es causal", "nada es casual".. no dice algo que se pueda probar, y por lo tanto se convierte en dudoso sustento de doctrina extremista que se ampara en un dogmatismo análogo al de la ICAR, vea.. (aunque en este caso suene "digital").

¿La causa sin causa de todas las causas? ¿Un arquitecto universal (sin nombre en este caso) que diseña de tal manera que todo resulta predeterminado? Destiny? Hmmm...


Gus

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