..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

lunes, 18 de mayo de 2009

Enrico Pieranunzi & Ada Montellanico - Danza Di Una Ninfa

EGEA 2005 DOWNLOAD

1. Mi sono innamorato di te
2. Da quando
3. Mia cara amica
4. Quasi sera
5. Danza di una ninfa sul lago
6. Che cos’è?
7. Ho capito che ti amo
8. Il tempo passò
9. In qualche parte del mondo
10. O me

Ada Montellanico (voce)
Enrico Pieranunzi (pianoforte, arrangiamenti)
Paul McCandless (sax soprano, oboe, corno inglese, clarinetto basso, flauto)
Bebo Ferra (chitarra)
Piero Salvatori (violoncello)
Luca Bulgarelli (contrabbasso)
Michele Rabbia (batteria, percussioni)
Arkè String Quartet


Con este me la juego... ¿le gustará o me lo tirará por la cabeza?
Gus

Yo quiero ver un tranvía

Me pregunto si la posibilidad que da internet de bajar los discos que uno quiera no atentará contra la emoción que generan los deseos. Otra manera de interrogar acerca de lo mismo sería, parafraseando a Spinetta: ¿Siempre tener nunca desear?
Recuerdo las palpitaciones anticipadas que me asaltaban al acercarse el día de cobro, cuando sabía que iba a ir a comprarme discos al Agujerito, Zival´s o Tower Records (cuando existía). También la emoción de saber que para tal día me iban a traer el disco importado que había encargado y que era imposible encontrar. Esos estremecimientos quietos, por llamarlos de alguna manera, pero que agitaban la alegría del deseo. No hablo del deseo que nunca es satisfecho: eso estará por siempre y lo sabemos gracias al señor Freud. Hablo, y creo que se entiende, del hormigueo que colmaba el tránsito desde el querer hasta el tener, del tiempo eléctrico que pasaba entre que nos asaltaba el deseo y su consecusión.
Me pregunto todo ésto dándome cuenta de que ahora y gracias a la red de redes, no hay mediación temporal que permita ese cosquilleo que nos devoraba durante la espera. Un poco parecido a la emoción que nos recorre antes de emprender un viaje de placer, por ejemplo, y cuya intensidad, dicen, es mayor al placer que se obtiene cuando el viaje ES.
Quiero el último disco de Dave Douglas: 20 minutos de espera y lo tengo y no hago a tiempo para escucharlo porque ya voy en busca del de Ravi Coltrane y... ah... me acordé de otro de David Binney que quería tener. Y los tengo ahí, al alcance de unos pocos clicks. Pienso en aquellos que por su dinero pueden satisfacer todos, pero todos sus deseos y me acuerdo de la frase del aborrecido: "los niños ricos que tienen tristeza". No lo puedo evitar.
No me quejo. Hay en mis estantes discos que ni alucinando con la hierba mejor me hubiese atrevido a pensar que tendría alguna vez. Tengo discos para escuchar sin cansarme hasta el día que me muera aún si me muriera dentro de décadas. Y sé que el asunto ahora es parar. Estoy en éso. En parar. Quiero sacar otra vez boleto de ida en el tranvía que Tenesse Willams llamó deseo.
Siempre desear, nunca tener es tan jodido como su contrario.
¿O no?
Dill

jueves, 14 de mayo de 2009

Paul McCandless - Isole

EGEA 2002
Gracias otra vez a Música que cuelga...
Download
Creo que no hace falta pass para descomprimir... pero si se necesitara, supongo que será musicaquecuelga.blogspot.com

01. Elle (6:42)
02. Ave Maria (3:30)
03. Pigami (7:08)
04. Bagatella Mediterranea (6:57)
05. Mircau (6:12)
06. Sogno (4:47)
07. Celeste (5:33)
08. Linea d'Ombra (8:04)

Paul McCandless - Saxophone
Fulvio Maras - Percussion
Enzo Pietropaoli - Double Bass
Paolino Dalla Porta - Double Bass
Bebo Ferra - Guitar
Andrea Dulbecco - Vibraphone
Gus

domingo, 10 de mayo de 2009

Enrico Pieranunzi & Marc Johnson - Trasnoche

Egea 2003

01 Transnoche
02 I Sospiri E Le Lacrime E'l Desio
03 Islas
04 A Second Thought
05 Thiaki
06 The Way Of Memories
07 The Chant Of Time
08 Narrations Du Large
09 Clouds

Enrico Pieranunzi: Piano
Marc Johnson: Bass


Gus 

sábado, 9 de mayo de 2009

Poema (hasta ahora) inédito de Julio Cortázar


de tu cuerpo me gusta tu sexo


de tu sexo me gusta tu boca


de tu boca me gusta tu lengua


de tu lengua me gustan tus palabras


(de su último libro "Papeles Inesperados")

Dill

viernes, 8 de mayo de 2009

Enrico Pieranunzi, Marc Johnson, Gabriele Mirabassi - Racconti Mediterranei

Egea 2000

Para bajar de la soga... clic acá...

01. The Kingdom (where nobody dies) (6:39)
02. Les Amants (4:33)
03. Canto nascosto (3:47)
04. Il canto delle differenze (5:47)
05. Una piccola chiave dorata (4:38)
06. O toi desir (5:44)
07. Lighea (6:08)
08. Coralie (5:44)
09. Unalba dipinta sui muri (5:42)
10. Stefi’s song (4:35)
11. Canzone di Nausicaa (7:35)

Enrico Pieranunzi: piano
Marc Johnson: bass
Gabriele Mirabassi: clarinet
Gustavo

Disculpen la molestia

Por Eduardo Galeano

Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza.
¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?
El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración?
¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?
¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?
Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?
¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?
¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?
¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?
¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?
Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.
Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?
¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?
¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.
Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.
En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo era, traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?
Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?
¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?
¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?
Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?
¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?
Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?
Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:
–Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.
En El Salvador, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. El murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.
El resultado de las recientes elecciones en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?
A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.
//
(publicado por Página/12 el 07/05/09)

Dill

jueves, 7 de mayo de 2009

Enrico Pieranunzi Quintet - Don't Forget The poet (1999)

Otro highly recommended, como dicen por ahí... Y hoy tengo menos ganas de hablar que ayer, bájenlo de acá y al carajo (clic en la tapa del disco también te dirije al link). Ahí también está la info básica y hay un buen comentario by nosequiéncarajo, ni me importa.


Es gracioso... el tano violeta te mira con cara de... tano, no la puede disimular... y yo rojo desde el costado lo miro con mi cara de niño condenado... por el diablo... de febrero...
..y sí, de desgraciáo también...
(mañana) Ya no lo veo más, me pusieron a Galeano y me alejé del tano...
Gus

miércoles, 6 de mayo de 2009

Enrico Pieranunzi / Marc Johnson / Joey Baron featuring Kenny Wheeler - As Never Before (2008)

Download

01. Soundings (6:51)
02. Improheart (3:16)

03. A Nameless Gate (6:44)
04. As Never Before (7:48)
05. Many Moons Ago (9:11)
06. Impromind (3:17)
07. Song For Kenny (6:50)
08. Time’s Passage (7:01)
09. Winter Moon (7:20)

Marc Johnson - Bass
Enrico Pieranunzi - Piano, Arranger, Author
Joey Baron - Drums
Kenny Wheeler - Trumpet, Flugelhorn


No hay reproductor, pero yo digo que es de la hostia... No tengo ganas de comentar nada, bajenseló y punto.


Gus

Enrico Rava & Enrico Pieranunzi - Nausicaa

EGEA 1993
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1. Canzone di Nausicaa 5:07
2. Coralie 3:09
3. L'age mur 7:22
4. Over board 3:39
5. Landes de merveille 4:16
6. Suzie Wong 3:34
7. Reflejos de Borges 4:42
8. Marlène 5:29
9. Random walk 3:11
10. Elegos 4:28

Enrico Rava - Trumpet
Enrico Pieranunzi - Piano
Gus