aporte de Dill
"...el capitalismo se basa en la disciplina social y ella se transmite sobre todo a través del empleo."
John Holloway
..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA
lunes, 26 de noviembre de 2007
domingo, 25 de noviembre de 2007
Desatormentándonos
El pueblo es la estrella mágica
Todos la vemos parecerse al río
Los gusanos de los emperadores trepidan en apocalíptico festín
Ellos no tienen tiempo de recurir a las armas
La estrella las fusionó todas en un plano infinito
La cabellera de los torturadores sangra en mi carro
Nosotros: desatormentándonos para siempre.
Todos la vemos parecerse al río
Los gusanos de los emperadores trepidan en apocalíptico festín
Ellos no tienen tiempo de recurir a las armas
La estrella las fusionó todas en un plano infinito
La cabellera de los torturadores sangra en mi carro
Nosotros: desatormentándonos para siempre.
(L. A. Spinetta)
Aporte de Gus
Aporte de Gus
viernes, 23 de noviembre de 2007
El brazuca tiene razón...
ORGASMO
Por Dill
Lo más importante para la vida pareciera ser un agujero y un apéndice. Claro que me estoy refiriendo a una concha y a una pija, para hablar claro. La concha y la pija concentran en sí tal poder de seducción mutua que ningún ser humano se resiste al encuentro de ellos. Sin ellos: chau vida. No hay goce más placentero, más potente, flamígero y deseado que el goce del orgasmo. No digo nada nuevo sino que estoy reafirmando lo que vieron muchos (y quizás haya sido Freud el primero en tipificar y sistematizar este tipo de concepción, la de que el sexo está detrás de todo --o delante--). Y es así porque sin sexo no hay vida, el sexo es la vida de la vida. Todos nos levantamos temprano, viajamos como la mierda, vamos a laburar, hablamos de fútbol, cocinamos, hacemos las camas, escuchamos música, estudiamos odontología, pero, en el fondo, lo más importante (no digo lo principal, ni lo mejor, ni lo único), lo que allí espera agazapado con más ganas que nada, es coger. O, mejor dicho, el orgasmo: esperamos el momento en que tendremos un orgasmo. Lo demás sería como un largo entretiempo que ocupa la mayor parte de nuestros días. Entre orgasmo y orgasmo me parece que la mayor y a veces secreta fuerza que nos impulsa hacia adelante es la búsqueda de otro orgasmo. El orgasmo mueve al mundo y el mundo lo necesita. (Para qué lo necesita es otra cuestión, más importante aún, pero que, por ahora, no tiene respuesta).
Dill
Cojer o no cojer, that is the question..
Por Gus
Uno de los fragmentos de "Fragmentos", que fue lo primero que publiqué en Nebuland, empieza así:
"Se coje por gusto, por placer, pero también se coje para engendrar nuevos seres con o sin placer, y también se tienen hijos no deseados, por el placer de cojer. Hay algo siniestro en esto.."
El busto de Clemente, parafraseando a Dolina, decía que "todo lo que un hombre hace en la vida es para levantarse minas". Y Nino Zócola dijo alguna vez que "el hombre es el único animal que está en celo los 365 días del año".
(Joder..!! se me perdió el nexo entre la post intro y la sustancia.. digamos que me fui al carajo, pero vuelvo..)
No se cómo habrán sido las cosas hace cien, mil o diez mil años. No lo sé ni me importa, ni tengo ganas de leer explicaciones académicas de antropólogos e historiadores de la sociología, o de pensar para sacar conclusiones y elaborar teorías propias. Pero aun hasta para un ignorante por propia determinación como yo, hay algo que es innegable: el instinto sexual, ya sea como mero mecanismo reproductivo o como motor de la libido, está presente en todas las especies animales, incluido el Hombre. Ahora.. dejemos a los demás animales de lado (hablar de la libido del pollo o del orgasmo de la tortuga me parece absurdo, una ridículez, una pérdida de tiempo), y veamos qué pasa con la sexualidad de los humanos. Es verdad lo que dice Dill, que "el sexo está por delante, o por detrás, de todo" (por delante Y por detrás, corregiría yo), que "mueve el mundo", que es la fuerza más importante y poderosa en la órbita de los hombres y las mujeres de este planeta, etc. Y me parece bien que así sea: se trata, en definitiva, de una herramienta de placer que nos da la naturaleza, y cualquier mambo retorcido que impida disfrutarla.. es materia del Dr. Freud (yo no sé ni entiendo nada). Lo único que me rompe soberanamente las pelotas es que el goce y la procreación giren alrededor de una misma práctica. No soy creyente ni soy todo lo contrario: pienso que cualquiera de esos extremos en este punto sería una manifestación soberbia de mi parte, dado que carezco de fe y de pruebas. Pero mi tendencia a no aceptar lo improbable como posible prevalece siempre, y se ve resentida a la hora de observar ese maneje de la naturaleza, que al asociar en un mismo acto el placer con la reproducción, más parece el plan inteligente de una extraña criatura de retorcida mente que un azaroso doblete de colorado el 9. Como si una siniestra intención superior quisiera asegurarse de perpetuar su creación, encadenándola desde la naturaleza misma a un sentimiento irresistible..
Gus
Coito y procreación
Por Dill
Dice mi amigo Gus: "Como si una siniestra intención superior quisiera asegurarse de perpetuar su creación, encadenándola desde la naturaleza misma a un sentimiento irresistible...". Y de éso mismo trata la frase final de lo que escribí elusivamente (hasta lo hice entre paréntesis) por no atreverme a darle la contundencia que le da Gus. Me parece que el centro del orgasmo titila como diciendo (¿desde dónde, por qué?): "Contra la vida nadie la talla". Y ésto trasuntaría un poder del cuál nada más se puede saber que es poderoso como la concha de... quien sea. Seamos o no creyentes: el misterio continúa.
Dill
It's evolution, baby
Por el Capitán Nemo
La hago corta... el placer está ligado a la procreación por una simple cuestión evolutiva...
Imaginemos 2 especies diferentes al iniciar su evolución. A la primera le gustaba trincar a lo tonto todo el día, y a la segunda le daba lo mismo el sexo que estudiar odontología.
Resultado: la primera dejará más descendencia que la segunda, y esa descendencia habrá heredado en sus genes el gusto por el mete saca... y así sucesivamente. En cambio la segunda se extinguirá ante la primera epidemia de caspa.
O sea, nos gusta coger porque existimos como especie, y no puede ser de otra manera, porque no estaríamos acá...
Capitán Nemo
Duro el coya (yo) carajo...
Por Gus
Ese es EL punto. Siento algo así como que... somos una especie condenada que sólo sobrevive por un maneje... (¿retorcido?, no sé, para mí sí, pero ahora lo dejo entre paréntesis y con signos de interrogación) ...un maneje o un mecanismo que sólo puede obedecer a un error de diseño o una intención de mierda (usted elija, según su creencia o no creencia). ¿Se extinguiría la especie si para reproducirse tuviera que implementar algún otro método más razonable, como por ejemplo escribir una carta a París y esperar a la cigueña, o sembrar repollos, en vez de cojer? Si los genitales fueran exclusivamente órganos para el placer (y la micción), y el placer nada tuviera que ver con la procreación, nadie vendría a este mundo sin que alguien haya deseado y decidido conscientemente traerlo. Y en tal caso, es muy posible que fuésemos una especie en extinción, o ya desaparecida hace rato. Por masiva (tal vez inconsciente, pero masiva al fin) elección...
Está bien, puedo pensar y escribir mil boludeces, puedo cuestionar a Dios y a María Santísima, puedo ponerme en contra de la naturaleza... y nada se explicará ni cambiará. Pero lo que me inquieta (y me molesta) pasa por otro lado, un mirador que no apunta ya a los misterios de la naturaleza sino a las explicaciones tendenciosas de esos misterios. Me molestan las interpretaciones y subsecuentes mensajes de los ideólogos de la Religión del Poder, siempre al servicio de minorías que buscan (y consiguen) dominar y manipular a las mayorías. Cuando maldigo la Creación, no estoy maldiciendo a los Dioses, sino a los pregoneros de la mentira.
Gus
LA PREGUNTA
En definitiva ésa es la pregunta, me parece, que está motivando todo lo anterior: ¿para qué carajo estamos acá?
Dill
No se... (un agnóstico)
Por el Capitán Nemo
Resulta probable que no haya un Dios, más probable aún que no haya muchos (tal como pregona esa religión politeísta y pagana llamada catoliscismo), y la "naturaleza" resulta un ente algo mas abstracto todavía, así que estoy lejos de atribuirle intenciones. Sí ocurre que la evolución funciona con el método de prueba y error, por lo cual es probable que antes de la asociación placer - reproducción haya habido otras muchas pruebas fallidas... el universo tiene 15 mil millones de años... lo que le proporciona un diámetro de 30 mil millones de años luz, con lo que el único que tiene claro que somos y que hacemos precisamente acá y ahora, es el colega de brasil que entró a contestar tu pregunta, Dill... un abrazo
Capitán Nemo
Me quedo más tranquilo...
Por Gus
Gracias por su opinión/explicación, Capitán. En realidad yo, libre de las picopatías menores que a veces merodean mi estanque, pienso (y creo) igual que usted. El problema sobreviene cuando me taro y soy presa del miedo. Cuando... no desde la fe sino desde el temor y la desconfianza, me vuelvo casi un creyente a mi pesar. Cuando no encontrando explicaciones en otras coordenadas, caigo aun contra la voluntad de mi razón en pantanos teológicos. Cuando no pudiendo encontrar qué apuntar con mi dedo a la hora de establecer responsabilidades... así como muchos inventan dioses para darles gracias, yo los invento para putearlos. Pero soy consciente: en ningún momento me la creo, no dejo de saber que son apenas vagas e improbables criaturas de mi fábula...
Está claro: en su abúlica inercia, la naturaleza no obra con intención alguna, y el universo es, de alguna manera, un juego de dados.
Y sí, el único que la tiene clara en cuanto a qué somos y para qué carajo estamos acá, es el brazuca... je, je je.
Gus
Aclaración
El brazuca mencionado es uno que mandó un comentario que empieza así:
Oi, achei seu blog pelo google está bem interessante gostei desse post. Gostaria de falar sobre o CresceNet,
y después escribe quince renglones más sobre lo que él gosta falar, que no es ni más ni menos que un chivo.
Gus
jueves, 22 de noviembre de 2007
Patti te quiero...
...ver pudrir en la cárcel, hijo de remil putas, mal parido asesino, torturador de mierda!
Uno de los represores de la dictadura militar que devastó a la Argentina entre 1976 y 1982, Luis Abelardo Patti, está en cana por crímenes de lesa humanidad. A quién corresponda: ¡¡¡GRACIAS, MIL GRACIAS!!!
El tema es: ¿te mandarán a una cárcel común, en la que seas un preso común entre presos comunes (como corresponde), o serás un habitante privilegiado de algún pabellón VIP?
No estoy de acuerdo con la pena de muerte, no creo en ese tipo de castigos ejemplares ordenados por un organismo de justicia, ni creo que la Ley deba estar para castigar, sino más bien para preservar la seguridad de eventuales futuras víctimas de los delincuentes. Pero en el caso puntual de los represores de la última dictadura militar argentina (y de los represores en general, militares, policías, paramilitares y parapoliciales, amparados en la impunidad del poder supremo cuando su accionar es abalado por los gobiernos), yo haría, o pediría que se hiciera, una excepción a la legislación penal vigente, que no incluye la tortura ni la pena de muerte como sentencias posibles. Creo que en casos como el de Patti, Astiz, Videla y tantos otros genocidas sueltos o cumpliendo payasescas prisiones domiciliarias (!!!¿¿¿???!!!), la única condena posible, si se pretende hacer justicia, sería la de tortura seguida de muerte. La ley del talión y a la mierda, ¿por qué no? ¿Hay algo más justo que padecer lo mismo que se hizo padecer? (me refiero específicamente al caso de los represores de la dictadura militar, no me saquen de contexto, que no estoy pidiendo la muerte de un pobre infeliz enfermo o de delincuentes comunes). Para esas bestias inmundas, yo quisiera unos meses de chupadero, con picana, submarino, mutilaciones y todas las gracias que ellos mismos utilizaron con las víctimas del terrorismo de Estado, y después al paredón, de una... Así, sólo así, se podría terminar la lectura de un fallo con la famosa fracesita "...será justicia..."
Gus
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VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2007
¿Qué hacemos con Patti?
Ayer, después de publicar acá mi opinión y mi propuesta sobre cómo debiera terminar el caso Patti, recibí un mail de un amigo, que dice:
<< Hay una parte de mí que está totalmente de acuerdo con lo que decís. Pero hay otra, la que prevalece, que no. Simplemente para demostrarles a estos soretes que "los del otro palo" no son iguales a ellos. Nada más que por eso. Por otro lado: que se pudra en una cárcel común luego de un juicio justo. >>
Dill
Mi respuesta fue esta:
<< También hay una parte de mí que está de acuerdo con esa parte tuya que no está de acuerdo con la otra parte mía (la que escribió en el blog). Pero las razones, aunque sustancialmente similares, no son exactamente las mismas. Creo que a mí en realidad me importa un pedo demostrarles algo a esos monstruos, porque a ellos no les importa nada, y se cagan en ese tipo de demostraciones. Es como ponerle cristianamente la otra mejilla a alguien que va a aprovechar para bajarte media dentadura, y después se va a cagar de risa de vos y de tu demostración, "qué pelotudo, ojala me ponga la nariz también". Además, habría una gran (gran) diferencia entre una condena a muerte tras un juicio transparente y justo dentro del marco legal, y el accionar clandestino y rastrero de estos chacales hace treinta años. Hasta se podría convocar a un plebiscito para que la mayoría del pueblo decida que hacer con los Patti. Pero lo que me hace dudar con respecto a la tortura (y no tanto a la pena capital) es el hecho de tener gente encargada de llevarla a cabo: no queremos ese tipo de elementos "haciendo justicia", en este sistema no tienen cabida y no deben existir. Entonces propongo pena de muerte ejecutada de la manera menos violenta posible, digamos una inyección letal. Pero no al toque, sino tras una estadía de por lo menos un año incomunicado en una cárcel común. Supongo que los internosdelincuentes comunes) sabrían qué hacer... >>
Gus
Ahora bien... esto da para una reflexión más profunda y seguramente más trascendente que cualquier propuesta de cómo castigar a Patti. A ver... Digo que las disquisiciones al respecto entre Dill & me revelan claramente algo, y lo manifiestan de una manera irrebatible: los seres humanos no somos (NO SOMOS) todos iguales. Dill y yo no pertenecemos a ese género perverso al que pertenecen Patti y tantos otros de su calaña. Hasta estoy tentado de decir que si Patti es definitivamente un ser humano, yo renuncio a esa condición, quiero ser identificado como otra cosa, no quiero ser "eso". Porque yo, diga lo que diga desde la ira, no podría torturar con mis propias manos ni siquiera a un bastardo como Patti, que sí pudo torturar (o mandar torturar) a seres totalmente indefensos.
Gus
Uno de los represores de la dictadura militar que devastó a la Argentina entre 1976 y 1982, Luis Abelardo Patti, está en cana por crímenes de lesa humanidad. A quién corresponda: ¡¡¡GRACIAS, MIL GRACIAS!!!
El tema es: ¿te mandarán a una cárcel común, en la que seas un preso común entre presos comunes (como corresponde), o serás un habitante privilegiado de algún pabellón VIP?
No estoy de acuerdo con la pena de muerte, no creo en ese tipo de castigos ejemplares ordenados por un organismo de justicia, ni creo que la Ley deba estar para castigar, sino más bien para preservar la seguridad de eventuales futuras víctimas de los delincuentes. Pero en el caso puntual de los represores de la última dictadura militar argentina (y de los represores en general, militares, policías, paramilitares y parapoliciales, amparados en la impunidad del poder supremo cuando su accionar es abalado por los gobiernos), yo haría, o pediría que se hiciera, una excepción a la legislación penal vigente, que no incluye la tortura ni la pena de muerte como sentencias posibles. Creo que en casos como el de Patti, Astiz, Videla y tantos otros genocidas sueltos o cumpliendo payasescas prisiones domiciliarias (!!!¿¿¿???!!!), la única condena posible, si se pretende hacer justicia, sería la de tortura seguida de muerte. La ley del talión y a la mierda, ¿por qué no? ¿Hay algo más justo que padecer lo mismo que se hizo padecer? (me refiero específicamente al caso de los represores de la dictadura militar, no me saquen de contexto, que no estoy pidiendo la muerte de un pobre infeliz enfermo o de delincuentes comunes). Para esas bestias inmundas, yo quisiera unos meses de chupadero, con picana, submarino, mutilaciones y todas las gracias que ellos mismos utilizaron con las víctimas del terrorismo de Estado, y después al paredón, de una... Así, sólo así, se podría terminar la lectura de un fallo con la famosa fracesita "...será justicia..."
Gus
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VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2007
¿Qué hacemos con Patti?
Ayer, después de publicar acá mi opinión y mi propuesta sobre cómo debiera terminar el caso Patti, recibí un mail de un amigo, que dice:
<< Hay una parte de mí que está totalmente de acuerdo con lo que decís. Pero hay otra, la que prevalece, que no. Simplemente para demostrarles a estos soretes que "los del otro palo" no son iguales a ellos. Nada más que por eso. Por otro lado: que se pudra en una cárcel común luego de un juicio justo. >>
Dill
Mi respuesta fue esta:
<< También hay una parte de mí que está de acuerdo con esa parte tuya que no está de acuerdo con la otra parte mía (la que escribió en el blog). Pero las razones, aunque sustancialmente similares, no son exactamente las mismas. Creo que a mí en realidad me importa un pedo demostrarles algo a esos monstruos, porque a ellos no les importa nada, y se cagan en ese tipo de demostraciones. Es como ponerle cristianamente la otra mejilla a alguien que va a aprovechar para bajarte media dentadura, y después se va a cagar de risa de vos y de tu demostración, "qué pelotudo, ojala me ponga la nariz también". Además, habría una gran (gran) diferencia entre una condena a muerte tras un juicio transparente y justo dentro del marco legal, y el accionar clandestino y rastrero de estos chacales hace treinta años. Hasta se podría convocar a un plebiscito para que la mayoría del pueblo decida que hacer con los Patti. Pero lo que me hace dudar con respecto a la tortura (y no tanto a la pena capital) es el hecho de tener gente encargada de llevarla a cabo: no queremos ese tipo de elementos "haciendo justicia", en este sistema no tienen cabida y no deben existir. Entonces propongo pena de muerte ejecutada de la manera menos violenta posible, digamos una inyección letal. Pero no al toque, sino tras una estadía de por lo menos un año incomunicado en una cárcel común. Supongo que los internosdelincuentes comunes) sabrían qué hacer... >>
Gus
Ahora bien... esto da para una reflexión más profunda y seguramente más trascendente que cualquier propuesta de cómo castigar a Patti. A ver... Digo que las disquisiciones al respecto entre Dill & me revelan claramente algo, y lo manifiestan de una manera irrebatible: los seres humanos no somos (NO SOMOS) todos iguales. Dill y yo no pertenecemos a ese género perverso al que pertenecen Patti y tantos otros de su calaña. Hasta estoy tentado de decir que si Patti es definitivamente un ser humano, yo renuncio a esa condición, quiero ser identificado como otra cosa, no quiero ser "eso". Porque yo, diga lo que diga desde la ira, no podría torturar con mis propias manos ni siquiera a un bastardo como Patti, que sí pudo torturar (o mandar torturar) a seres totalmente indefensos.
Gus
sábado, 17 de noviembre de 2007
Infinita sucesión de peceras
Soy el que soy, el que siempre ha sido...
No recuerdo mi origen y no tengo final
Tengo un Dios, a él le debo la luz que me alumbra y el alimento de cada día.
Mi mundo es inmenso, cambiante, probablemente infinito...
Vuelo, soy poderoso, no he visto enemigos que se atrevan a enfrentar mi presencia... aunque a veces los adivino escondidos, acechando detrás de cada piedra... espiando entre los arbustos.
Sé que tengo una misión, mi vida tiene un sentido que pronto Dios me revelará... mientras tanto espero.
Soy Pablito, tengo 6 años y un pececito en mi pecera, yo me encargo de alimentarlo, y además juego con él.
Tengo muchas cartulinas con decorados diferentes y todas las semanas le pongo una distinta en el vidrio de atrás de la pecera, para que mi pececito no se aburra... a veces me pregunto que pensará con su cabecita de
Capitán Nemo
miércoles, 14 de noviembre de 2007
Cincuenta ni gloria
Sin preámbulo paliativo, sin planteos ni conclusiones, sin pena ni gloria.. debo decir que la vida me engañó. Es muy puta y, como corresponde, me cagó. O siempre apunté mal, o me tembló el pulso a la hora de apretar el gatillo, o me salieron todos los tiros por la culata.. no sé, ni me importa demasiado: ya no me engancho con análisis y disquisiciones inútiles, que sólo sirven para empastar aun más las neuronas, sin chance alguna de encontrar soluciones o salidas: no las hay.
Por eso, y por algunas cuestiones más, el 6 de noviembre los cincuenta me encontraron mal parado, contra las cuerdas, grogui. Muchas cosas que se fueron al carajo en los últimos dos años me arrastraron consigo, y no pude ser más que un triste espectador de la caída de tantos sueños.. Sueños que tenían un sustento razonable, y eso me llevó a creer que mi vida estaba resuelta, por lo menos en el plano material. Pensé que iba a llegar bien a los 50.. Error, cochino error: un tornado derrumba un imperio en segundos..
Si voy a hablar de mi apariencia a los cincuenta, creo que es necesario empezar aclarando algo: soy consciente de que navego en aguas agitadas que no me permiten ser del todo objetivo a la hora de evaluar la imagen de mí mismo que devuelve el espejo. Pero tampoco creo ser presa de una subjetividad absoluta.. Hay un poco de cada cosa: como esas aguas inquietas, me muevo entre lo cierto y lo falaz, quedando de a ratos (sólo de a ratos pero por lo menos de a ratos) en el justo nivel de la realidad.
Estoy viejo. No me perturban los números por su significante en sí, pero la realidad matemática arroja un resultado abrumador: cincuenta está tan lejos de veinte como cerca de ochenta.. Y la para nada sutil diferencia es que, más allá de esa distancia lineal medida indiscriminadamente, nos movemos sobre una recta que tiene punto de partida y una flecha que apunta hacia el único sentido posible: sólo se va hacia «adelante», donde la semirrecta algún día será segmento.. Entonces, decir que estoy a la misma distancia de los veinte que de los ochenta es una verdad sólo matemática: en la realidad, a los ochenta puedo llegar, pero los veinte pertenecen al nunca más..
Cincuenta no es un número alentador ni excitante cuando refiere la cantidad de años portados. Cincuenta alude al umbral de la tercera edad (digamos que es la segunda y media). Según qué parámetros se tomen en cuenta, a los cincuenta no se es definitivamente viejo, pero tampoco se es joven, ni se está a salvo de ser inesperadamente llamado «el viejo» por algún joven de veinte.. De cualquier manera, a los cincuenta todavía uno está en el centro de una ambigüedad extraña: un pibe de veinte te dice «señor», y un rato después una señora de ochenta te manda «joven». Me chupa un huevo, todo: señor tu abuela, joven las pelotas, no soy joven ni lo volveré a ser, esto avanza en un único sentido que me lleva inexorablemente a la vejez sin alternativas.
Pero todas estas conjeturas son puras boludeces. Lo que realmente importa es cómo cargo mis cincuenta. Importa el espejo, importa lo que mi imagen genera en los demás, importan las limitaciones físicas y cierto deterioro que no queda más que aceptar, importa como me siento..
Estoy viejo. No me perturban los números por su significante en sí, pero la realidad matemática arroja un resultado abrumador: cincuenta está tan lejos de veinte como cerca de ochenta.. Y la para nada sutil diferencia es que, más allá de esa distancia lineal medida indiscriminadamente, nos movemos sobre una recta que tiene punto de partida y una flecha que apunta hacia el único sentido posible: sólo se va hacia «adelante», donde la semirrecta algún día será segmento.. Entonces, decir que estoy a la misma distancia de los veinte que de los ochenta es una verdad sólo matemática: en la realidad, a los ochenta puedo llegar, pero los veinte pertenecen al nunca más..
Cincuenta no es un número alentador ni excitante cuando refiere la cantidad de años portados. Cincuenta alude al umbral de la tercera edad (digamos que es la segunda y media). Según qué parámetros se tomen en cuenta, a los cincuenta no se es definitivamente viejo, pero tampoco se es joven, ni se está a salvo de ser inesperadamente llamado «el viejo» por algún joven de veinte.. De cualquier manera, a los cincuenta todavía uno está en el centro de una ambigüedad extraña: un pibe de veinte te dice «señor», y un rato después una señora de ochenta te manda «joven». Me chupa un huevo, todo: señor tu abuela, joven las pelotas, no soy joven ni lo volveré a ser, esto avanza en un único sentido que me lleva inexorablemente a la vejez sin alternativas.
Pero todas estas conjeturas son puras boludeces. Lo que realmente importa es cómo cargo mis cincuenta. Importa el espejo, importa lo que mi imagen genera en los demás, importan las limitaciones físicas y cierto deterioro que no queda más que aceptar, importa como me siento..
Para explicar mi malestar ante los insípidos cincuenta, voy a partir de una serie de premisas que me propongo presentar como pruebas irrefutables de mi vejez sin atenuantes. Detalles no menores que dejarán claro algo.
Lo que más me jode de tener cincuenta años no es nada de todo lo que se podría suponer que debiera joderme (y que, de hecho, también me jode). Lo que más me jode es tener cincuenta años y parecer un tipo de cincuenta años. Tal vez porque no estaba acostumbrado: durante casi toda mi vida, siempre aparenté menos edad de la que tenía. A los cuarenta, todavía parecía un tipo de.. a lo sumo treinta, o como mucho treinta y tres. Pero algo pasó en los últimos años. No sé exactamente qué ni cuándo, seguramente la metamorfosis se tomó su tiempo, esas cosas no pasan del un día para otro.. Algo pasó, y de pronto el espejo y las personas empezaron a revelarme que ya no seguía pareciendo más joven de lo que era. Una mierda, una real mierda, pero sucedió y no hay nada que se pueda hacer para revertirlo: de pronto en muy poco tiempo me cayeron encima, en la imagen, todos los años que parecía tener de menos.. Entonces, es lógico que me sienta mal, molesto, como el culo: envejecer diez años o más en dos o menos, es demoledor para cualquiera. Porque si eso no hubiese pasado, hoy sería «un viejo de cincuenta que parece de cuarenta».. y así los cincuenta habrían llegado con vaselina.
Lo que más me jode de tener cincuenta años no es nada de todo lo que se podría suponer que debiera joderme (y que, de hecho, también me jode). Lo que más me jode es tener cincuenta años y parecer un tipo de cincuenta años. Tal vez porque no estaba acostumbrado: durante casi toda mi vida, siempre aparenté menos edad de la que tenía. A los cuarenta, todavía parecía un tipo de.. a lo sumo treinta, o como mucho treinta y tres. Pero algo pasó en los últimos años. No sé exactamente qué ni cuándo, seguramente la metamorfosis se tomó su tiempo, esas cosas no pasan del un día para otro.. Algo pasó, y de pronto el espejo y las personas empezaron a revelarme que ya no seguía pareciendo más joven de lo que era. Una mierda, una real mierda, pero sucedió y no hay nada que se pueda hacer para revertirlo: de pronto en muy poco tiempo me cayeron encima, en la imagen, todos los años que parecía tener de menos.. Entonces, es lógico que me sienta mal, molesto, como el culo: envejecer diez años o más en dos o menos, es demoledor para cualquiera. Porque si eso no hubiese pasado, hoy sería «un viejo de cincuenta que parece de cuarenta».. y así los cincuenta habrían llegado con vaselina.
Sí, hasta los cuarenta yo estaba como si hubiera hecho un pacto con el diablo. Ahora.. estoy como si el pacto se hubiese disuelto: el diablo también me cagó.
Gus
viernes, 2 de noviembre de 2007
MONOTEMÁTICO
¿Y si estuvíeramos realmente sufriendo la condena de Adán y Eva cuando fueron expulsados del paraíso? ¿Y si esta vida fuera ésa condena? ¿Y si esa condena no fuera una mera metáfora? Eso sí, se ven condenados de primera, de segunda y de décima categoría (elija Usted en cuál se encuentra).¿"La vida es una cárcel con las puertas abiertas"? (Calamaro). Algunos deciden escaparse hacia lo desconocido. Otros: presos hasta el fin.
Por Dill
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