Sin entrar en un análisis de por qué no veo contraposición entre el racionalismo (Descartes) y el criticismo (Kant) por un lado, y el empirismo por otro, ya que tal disquisición resulta inútil para llegar al punto que me ocupa, diré que soy un pertinaz cultor de la razón como método práctico para situarme ante lo sobrenatural y lo improbable. No creo en nada que no pueda ver, tocar, escuchar o sentir de alguna manera que instale en mí la certeza de existencia de ese algo. Sin embargo, no me defino como ateo: soy agnóstico. No creo en dioses (en ninguno), pero mi soberbia no llega al punto de negar categóricamente aquello sobre lo que nada me consta. Aún improbable, Dios podría ser.. Ciertas aseveraciones referidas a la existencia o inexistencia de Dios, además de otras afirmaciones religiosas y metafísicas, son inherentemente incognoscibles. Sin embargo, mi agnosticismo me lleva al ateismo: no tengo Dios, ni lo tendré en tanto el quía no establezca algún tipo de contacto conmigo, que me revele su existencia. Respeto las creencias de todos y todas, pero yo no creo en Yahvé (el Dios de los judíos y los Cristianos), ni en Alá, ni en Brahman, ni en la Trimurti hindú (Brahma, Vishnu y Shiva); ni en los dioses chinos, egipcios, americanos, etc., cuyos nombres no recuerdo.
Amén
guS
“To you, I'm an atheist. To God, I'm the loyal opposition.”
Woody Allen
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