por Dill
Alguna vez pensé que a esta idea no hay con qué darle: ahí abajo debería haber un dedo. Sí un dedo del tamaño adecuado, con la sensibilidad requerida, y que se endureciera o flexibilizara a voluntad, como lo hacen los dedos. Hubiese sido tanto más simple...
1 comentario:
Descanse en Paz.
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