..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

lunes, 3 de septiembre de 2007

El tiempo del túnel

Advertencia: lo que sigue no resultará (o no debiera resultar) de interés para quiénes no me conocen, por lo que les recomiendo abstenerse de su lectura.
Gus desde el futuro..

Vivo en tránsito. El presente es un cortometraje que en segundos se desintegra, se desdobla para volverse pasado y futuro a la vez.. Tal vez por eso el miedo, que siempre está, parece ceder ante el movimiento. Si tropiezo y caigo la secuencia se minimiza, se absorbe a sí misma en cuanto el tropezón pasa a ser el pasado de la caída, que no es más que el futuro en construcción: si no perdí el conocimiento, seguramente estaré parado antes de terminar de evaluar los daños..
Trato de vivir el momento, evitando empantanarme en un pasado que no existe más acá del desván de los recuerdos, y evadiendo los terrores ante la incertidumbre de lo que vendrá. No es fácil, porque el ayer seduce con malas artes.. golpes bajos a la percepción, y el mañana desgarra aun antes de llegar. Pero tampoco es difícil, ya que no hay alternativas: el tiempo no para nunca, va
siempre en el mismo sentido.. Entonces sólo se trata de apagar el motor y dejarse llevar. Vivo el momento, como puedo y porque no me queda otra. Si estuviera en mis manos la posibilidad de sobornar a algún dios del área de gestión del tiempo.. seguramente le pediría que detenga la máquina ya, ahora. O tal vez intentaría negociar con ese funcionario de la concha de la eternidad algo parecido a lo de la película “Hechizo de tiempo” (la del día de la marmota): elegiría un día para que se repitiera todos los días, y a la mierda. Sería divertido saber que cualquier cagada que uno haga se revertirá automáticamente al despertar el día siguiente que, en realidad, sería el día que pasó volviendo a empezar.
Creo que no voy a seguir con esto.. es una pérdida de tiempo.

Pero sigo: actualmente no encuentro en el tiempo utilidad mejor que perderlo.
El tiempo.. debiera ser un juego de azar controlado. Si esta vida arrastrada fuese algo así como un parque de diversiones mágico, yo sacaría boletos para subir a la máquina del tiempo. Viajaría al pasado, obviamente, porque el futuro no me interesa: conoceré a mis nietos cuando existan realmente, y no tengo ganas de verme con el pelo blanco, o peor, en silla de ruedas o en un hospicio. El pasado, en cambio, es una película que volvería a ver una y otra vez, por el placer mórbido de estar como espectador allí donde hoy nada puedo cambiar. Pero pará, estoy diciendo pavadas.. ¿quién impone reglas, quién dice que en un viaje al pasado esté vedado volver a ser parte de la trama, haciendo y sintiendo lo mismo que en el momento del rodaje original, y hasta cambiando la performance en algunos pasajes? Sería divertido, o por lo menos interesante, volver al pasado pudiendo modificarlo, para saber cómo quedaría la remake del film si modificamos algunas escenas, “¿qué habría sucedido en tal momento si en vez de hacer lo que hice hubiera hecho otra cosa?”
Me ropongo un juego. Se trata de elegir destinos en el pasado.. ¿adónde iría, qué me gustaría volver a vivir aunque sólo fuera como espectador, y qué cambiaría si Alguien me garantizara inmunidad al volver al presente?
En principio daría un par de años de mi vida (del futuro de mi vida) por poder volver a la casa de la calle Herrera 866, donde nací y viví hasta los 14 años. Esa casa maldita en la que se me empezó a pudrir la cabeza, un nido de ratas en el que nacieron mis miedos más perversos.. es el punto del espacio/tiempo al que quisiera ir como espectador, pues no creo que haya algo que cambiar ahí. Lamentablemente esa casa ya no existe: la demolieron los milicos de mierda para construir la autopista Bs. As.- La Plata, un par de años después de que me mudara a Montes de Oca y Olavarría.. y eso le agrega a mi deseo el pesado plus de lo imposible. Sólo viajando en la máquina del tiempo podría..
Cualquier punto entre 1972 y 1982 me resulta un destino atractivo, pero mis capítulos preferido seguramente se encontrarían en el '75/'76, el Parque, los recitales, Monterey Pop en el Majestic de Once, Woodstock en el Ritz de Belgrano, música, la casa de Guido en Lanús, después Villa Madero, Chapadmalal, mi amor por la guitarra cuando todavía creía que podía, Invisible en el Luna Park, La Paz hasta que nos arriaron a gamba a la 5º..
Aunque no sé bien para qué, también me gustaría volver a esa franja insulsa entre el '78 y el '82, Stress, La Casona y algunos boliches de Ramos Mejía teniendo 22 años y un pedo de aquellos.. (vodka con poco hielo por favor... cinco o seis y al carajo) ..seguir a Seru Giran hasta Regatas de Avellaneda... los fideos de la tana Luisa tenían un sabor especial en Santa Fe y Salguero, especialmente si sonaba Genesis.
Y un inconveniente amor de verano marplatense que habría de desembocar en..
Entre el ’82 y fines del ’85 hay una estación en la que mi tren del tiempo no para: paso de largo con la ventanilla baja.. No culpo de nada a esa criatura nefasta, pero que sea todo un símbolo de lo peor de mi vida es motivo más que suficiente para no querer verla ni de pasada. Un solo pantallazo de esa época de desquicio me mostraría a aquel Gustavo en su más estúpida performance..
En octubre del ’85 conocí a mi mujer, y ahí empezó otra historia. Son muchos los capítulos que me gustaría volver a vivir, pero destaco el comienzo: las primeras salidas en Buenos Aires, caipirinha en el Balcón frente a la Plaza Dorrego aquel domingo de lluvia fatal en que me la transé sin decir nada simplemente porque así se dió, pero también porque demente del pedo, ya el habla no me obedecía finamente; mi primer viaje a Jujuy en enero del ’86, el norte, ginebra Llave en la noche de Tilcara; después Montevideo, Mar del Plata, Baglietto en Barrancas de Belgrano, el Flaco en el Velódromo, Pat Metheny en el Luna Park, Spinetta-Páez la la la qué pedo Gabbani que me hacía frenar a cada rato porque no registraba que el auto se movía y trataba de abrir la puerta para bajarse, Tester de violencia en el Coliseo..
Y después.. la magia suprema que rodeó la llegada de Nori: el noveno mes viviendo en la casa de Marcela que se había ido a Gessell fue un prodigio irrepetible, que sin embargo se repitió en mayo del 2000, cuando nació Brian y estaba todo tan bien..

Actualización 2011: podría ser pero no, no debo ni quiero..

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