guardaré mi corona de espinas junto a este collar de perlas del infierno en una caja de cristal.. me sentaré en la cornisa de la vida a beber de una botella embravecida, en silencio haré un repaso de mi novela, de mis horrores.. para levantarme luego y caminar en cualquier dirección, qué más da: esta fachada no tiene ventanas pero sí una esquina que, como corresponde, mi borrachera ocultará...
y no querré después clowns del cielo que nunca estuvieron cuando los necesité...
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