..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

miércoles, 24 de octubre de 2007

CONSUELO

Por Dill

Cuando un preso le dice a alguien que disfrute de su libertad, bien podría pensarse que un enfermo grave le puede decir a un preso que disfrute de su salud y, siguiendo así, que alguien con herida mortal le diga al enfermo grave que confíe en que se curará. Es cierto que puede concebirse esa cadena de razonamientos. Así como también es cierto que el preso seguirá pensando en su libertad por sobre todas las cosas, dejando para una capa más profunda y callada el pensar en su salud. Y está bien que así sea porque siempre existe como una plomada mayor y específica que impone su peso por sobre los demás inconvenientes que suele sufrir el hombre. Entonces, lo que quiero decir es que esas, digamos compensaciones, que quieren repercutir sobre alguien preocupado por algo no sirven de mucho. No porque no le se le dé importancia o valor a lo que uno tiene, sino porque la necesidad imperiosa del momento pasa por otro lado, por una falta y no por lo que está. La ausencia es la que determina nuestra obsesión (deseo) mayor.

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