..QUE HOY SEA AYER SIN MAÑANA

domingo, 11 de mayo de 2008

Cuba libre

¡Qué carajo me importa si renunció Fidel, si se inundó Buenos Aires, si el presidente de Francia hace boludeces, si Bush aniquila hitlerianamente pero con una moral más baja aún y el silencio cómplice de medio mundo, si hubo huracán en el Caribe o tsunami en la conchinchina, si el Manchester gana la Premier League, si todos los cubanos saben leer y escribir, si la fiebre amarilla baja desde Paraguay, si Maradona se pone en pedo, si Chávez negocia con las FARC, si la princesa argentina tiene cría holandesa, si se suicidó un pobre infeliz tirándose al río desde el Puente Lavalle…? No me importa ni me conmueve absolutamente nada que no me duela en el cuerpo o me vuele la cabeza.
Me saco simbólicamente el sombrero ante Fidel, el Che y la Revolución Cubana (un ejemplo que el mundo no quiere ver), y vomito frente a todo lo que me provoca náuseas, pero no me pidan más que eso, no esperen que haga algo…
Las protestas de los que se quejan de llenos… no me parece que valga la pena escucharlas: son apenas un número de circo inmoral, una payasada infame e irrelevante al lado de la realidad de los que caminan por la cuerda floja con su hambre a cuestas, entre la vida y la muerte.
Hay en Cuba (y fuera de Cuba) un hiperpuñado de imbéciles con delirios de american way of life, que sólo piensan en sí mismos (obsceno culto al individualismo capitalista), cerrando los ojos a la realidad que muestra que en Cuba a nadie le falta lo indispensable porque a nadie le sobra lo superfluo.
Hay en todo el mundo una descomunal horda de hijos de puta que no darían un televisor para salvar una vida…
Una revolución popular es muchas cosas, pero ante todo es un cambio radical de la conciencia colectiva, en pos de valores que no se cuestionan ni negocian, como lo son el derecho a la alimentación, a la salud, a la educación y al trabajo digno, en total igualdad de condiciones y posibilidades para absolutamente todos. Un gobierno que no garantice eso, como sea, caiga quien caiga y a costa de lo que cueste, me parece una soberana mierda.
¿Hace falta que diga lo que pienso de los Kirchner? El pregonado “crecimiento económico” de la Argentina K me daría risa si el asco me permitiera mover los labios sin riesgo emético: una falacia acorde a la inverosimilitud de los datos del INDEC que el gobierno pretende hacernos tragar como si fuéramos pelotudos, no se puede tomar en serio, debe ser una joda para Tinelli…
Se que muchos me van a hablar de buenas intenciones, y acepto que este gobierno eligió un camino más sano que el de sus antecesores en algunos sentidos, pero… pero, pero: el tiempo pasa y no pasa nada, todo sigue igual, empeorando. Y yo no digiero mentiras ni acepto atenuantes, en este punto soy intransigente: el estómago de los pobres no entiende razones ni se llena con guarismos trasnochados que no se perciben en la realidad, y sigue silbando de hambre. No puede llevar a buen puerto un cambio que empieza con “crecimiento económico” parcial, clasista, que favorece a los favorecidos de siempre, larvas de aquella misma oligarquía que cuando no pudo seguir en el gobierno a través del fraude, vio en Perón a su peor enemigo y en las Fuerzas Armadas la herramienta para perpetuarse. No insinúa buenos presagios un “crecimiento económico” trucho pregonado sin evidencias palpables para el pueblo de abajo, que no entiende ni le importan los números de la macroeconomía. No cambia lo más importante que habría que cambiar ese “crecimiento económico” que sólo lo es en los manuales técnicos de los empresarios y dirigentes políticos que siempre comieron bien. No cambia nada si el cambio no empieza desde abajo con claro alcance colectivo.
Y volviendo a Cuba… ¿qué se les puede decir a los pobres infelices del capitalismo sudamericano que sólo ven en la Revolución Cubana la poca tolerancia al disenso ideológico, y pretenden demonizar al régimen de Castro por detalles menores que sólo apuntaron a preservar lo conseguido y que, en el peor de los casos, no son peores ni más crueles que los métodos criminales del capitalismo liberal? Nada, yo no les diría nada, ¿para qué? O les diría que sigan comiendo áca, que sigan esclavos de inalcanzables american dreams, que sigan ciegos y pelotudos lamiendo el culo que los caga mientras les venden una y otra vez los espejitos aberrantes y baratijas de colores del capitalismo con un rótulo que dice Democracia. Les diría que lean lo que escribió Sandra Russo, que escribe mejor que yo…
Tras medio siglo de gobierno de Castro, Cuba es libre de analfabetismo y de muchas otras plagas. Cuba es libre de miseria, de desocupación, de enfermedad, de discriminación y demás abusos totalitarios del capitalismo. Si yo fuera un experto en economía y estadísticas, graficaría analíticamente la comparación de las respectivas evoluciones en ese plano entre Cuba y la Argentina en los últimos 50 años… Pero no vale la pena: los idiotas seguirán recitando el verso que les vendieron, y masticando vidrio. Y en todo caso, no son esos idiotas ignorantes lo peor del rebaño: lo peor, lo más siniestro, es esa clase media acomodada que vive un american dream prefabricado, de tercer mundo, y es bien consciente de cómo están las cosas en la Argentina en realidad, pero no sacrificarían un centavo en pos de una distribución más equitativa y justa, porque saben que para ascender en este sistema es necesario que haya debajo una escalera de cabezas que pisar. Acá está todo mal. Si el tipo que tiene dos autos, manda a los hijos a un colegio privado y veranea en Punta del Este, le decís “se acabó viejo, en este país hay gente que se muere de hambre, hay analfabetismo, hay desigualdad”, te va a responder que no es su problema, que lo que tiene se lo ganó, que no es un delincuente ni la Madre Teresa, y no va a aceptar resignar nada para que todo el mundo tenga por lo menos los mismos derechos. Nos guste o no, eso es la democracia de por acá. Y yo en esa democracia no creo: un sistema de organización social que no puede garantizar la vida, la salud y la dignidad para todos, es una superlativa mierda. Cuando se repartió injustamente, fraudulentamente, el que tiene de más es cómplice del fraude. Les guste o no… es así. Aunque no hayan robado a punta de pistola.
Estos payasos que están gobernando la Argentina me tienen podrido. Aplaudo la gestión de los K en algunos aspectos, especialmente en lo relacionado con los derechos humanos y la justicia tardía para los milicos asesinos del Proceso (aunque se les haya escapado Patti), pero no basta con encanar a unos cuantos genocidas. Mirá Cristina, me parece asquerosamente inmoral hablar de crecimiento económico en las actuales condiciones. Acá hay una inflación de la hostia, el INDEC miente, los terratenientes del campo se te cagan de risa, el timón de la economía parece girar alocadamente sin control, el rumbo parece perdido, el barco se va a pique… ¿Adónde está el crecimiento económico? ¿En Barrio Norte, en San Fernando? Puede ser, pero si es así mejor sería cerrar el culo, porque un crecimiento económico parcial es sectario, es más de lo mismo, es mierda pura. Si no es tangible para todos, si no llega a la villa, si no se nota primero en la mesa de los más necesitados, no es crecimiento un carajo. Ustedes hablan de otra cosa, y entonces les pido que no sean cínicos. Ya no más, please.
Gus

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Clap, clap, clap!!!
Obviamente comparto (y lo felicito por) toda su virulenta y punzante "catelinaria".
¿Qué agregar?
(No me queda claro por qué la empezaste así y después cambiáste el timón 180 grados, pero, repito, si hubiese que dar plumazos, biromerazos o digitalazos, yo te contrato).
Dill.

Anónimo dijo...

A mí tampoco me queda claro por qué... Digamos que son pequeños lujos que uno se da cuando la cabeza y el alma le están por estallar. O cuando queda claro que un vómito es un vómito, y no una eliminación ordenada de alimentos mal digeridos que deben salir como menú inverso.
Gus